18 - 05 - 2020

 

Alfonso es otro de los jugadores top que ha salido del colegio y la historia de AA Pilaristas FS en los últimos años va irremediablemente unida a él. Actual capitán del equipo, siendo juvenil de primer año debuta en Segunda B y ya en su segunda temporada de juvenil es uno más de la plantilla. Trece temporadas al pie del cañón que le hacen tener el primer puesto del histórico de goleadores, aún en manos de Fucho, a tiro. Y con semejante disparo con la zurda es posible que pronto lo consiga.

 

P-. ¡Hola Alfonso! Gracias por dedicarnos un rato de tu tiempo durante esta cuarentena. ¿Qué tal se lleva eso de no poder entrenar ni jugar?

R-. Pues se echa mucho de menos. No poder hacer algo que lleva siendo parte de tu rutina durante tantos años, sumado a lo “cabra loca” que soy… pues es un poco difícil. Aunque creo que todos nos hemos adaptado, aprendiendo a hacer ejercicio en casa por ejemplo. Tengo muchas ganas de volver a esa rutina de entrenamientos, de ver a los compañeros, de competir y, ya que este año ya no va a ser posible, nos veremos la temporada que viene con más ilusión si cabe. Ahora lo realmente importante es la salud de familiares y amigos.

 

P-. Ésta es tu decimotercera temporada incluyendo la de tu debut. Además de en lo deportivo habrá innumerables recuerdos y momentos vividos fuera de la pista: los jueves después de entrenar, las casas rurales, comidas, cenas, los viajes en coche para los partidos… ¿Cómo definirías el sénior para la gente que lo ve desde fuera?

R-. Cualquier cosa en este equipo, por pequeña que sea, puede dejarte un bonito recuerdo. Compartimos muchísimo tiempo juntos; al fin y al cabo, es tu segunda familia. Y creo que ésa es la mejor definición para alguien de fuera: “somos un equipo de fútbol que intenta competir al máximo nivel posible, con todo lo que eso conlleva, tanto deportiva como económicamente, pero antes que eso está la amistad que nos une”. No es sólo entrenar y competir, es tomarte algo después y escuchar el problema que tiene tu compañero e intentar ayudarle y tener la seguridad de que ellos lo harían por ti.

 

P-. Vamos a hacer un breve repaso a tu carrera en el Club Pilaristas antes de centrarnos en el sénior. En benjamines ganas la liga con tu equipo y vais al Campeonato de España cayendo en la fase previa. En ese equipo jugaba también Astarloa, compañero tuyo en la actualidad.

R-. Lo recuerdo como un año increíble, en lo deportivo y en amistades, es el año que empieza toda esta andadura. Yo nunca fui a escuelas deportivas, iba a judo. Recuerdo que me presenté a las pruebas del equipo de fútbol en 4º de primaria y no conocía a nadie, solo a los de mi clase. Astarloa es uno de los que siempre me recuerda que cuando dijeron mi nombre para entrar en el equipo se escuchó un “¿Quién es ese?”.

Ese año fue espectacular, éramos un grupo increíble, un equipazo, todos congeniamos a la perfección entre nosotros y con los entrenadores, Nico Casado y Javier Soriano “Choro”. Luis metía faltas desde el centro del campo, Guille Verde sabía hacer de pívot con 10 años, Álvaro Escudero podía regatearse a todo el equipo contrario, Astarloa se abría de piernas y era imposible meterle gol… y un largo etcétera que hizo que ese año y el siguiente ganásemos casi todo. El primer año ganamos todos los partidos menos uno contra Ventas Cosmos en casa, todos salimos llorando. Ganamos liga, copa y el triangular que nos llevaba al campeonato de España remontando un 5-1 en la segunda parte a Deporcoslada. Caímos en la fase previa en Zamora, imagínate el disgusto de vuelta en el autobús. Aún así, sólo tengo recuerdos alucinantes de ese año. Creo que sigue el cartelón de la foto de esa temporada en el despacho de deportes del colegio; un padre del equipo nos regaló una copia a cada uno y lo sigo teniendo colgado en mi habitación. Recuerdo ese año con mucho cariño, la gran mayoría de ese grupo seguimos siendo muy buenos amigos.

 

P-. Tras varios años con equipos punteros de base llamándote, en cadetes pruebas en Interviú.

R-. También fue un buen año, en verano me llama el que había sido mi entrenador en la selección madrileña en benjamines y alevines y monta un equipo con jugadores que habían sido mis compañeros allí; entrenábamos en Corazonistas, que me pillaba cerca de casa. Me costó bastante adaptarme y al principio no jugaba mucho, defendían individual y yo no estaba acostumbrado. La exigencia era bastante alta, pero poco a poco lo fui cogiendo, me hice un hueco y comencé a jugar algo más. Ganamos la liga y caímos en el campeonato de España contra Cataluña por 6-3. Un equipo estelar, la mayoría de esos compañeros juegan ahora en primera y segunda división, y muchos otros me los he ido encontrando en Segunda “B” y Tercera a lo largo de estos años. Tras esa temporada el equipo se deshace. Aprendí muchísimo y guardo muy buen recuerdo de ese año, sigo en contacto con muchos de ellos.

 

P-. Y vuelves al colegio…

R-. Sí, vuelvo al equipo del cole y me suben directamente al juvenil siendo cadete. Aquí también hago muy buenas migas con gente de cursos superiores. Vuelvo a la dinámica del cole, a entrenar con la misma gente que ves en el patio y con los que compartes muchas cosas. Un equipo con muchísimo potencial, Antonio Núñez, Manzano, Cuco, Mariano... Muchos de ellos siguen siendo grandes amigos con los que coincido en muchísimas situaciones. Ese año conozco a Pachi, que entrena el equipo junto a Pablo Núñez. Ambos volverían a ser mis entrenadores más adelante en el sénior.

 

P-. También fuiste con la selección de Madrid en varias categorías, llegando a ser campeón de España.

R-. Creo recordar que fui tres años. Benjamín, alevín y juvenil. En benjamines quedamos subcampeones de España. Perdimos contra Galicia en el último minuto. Recuerdo que íbamos a entrenar Luis Javaloyas, Ignacio Astarloa y yo y que nuestros padres se turnaban para llevarnos. En alevines nos quitamos la espinita y ganamos el campeonato de España, alguna foto perdida tengo por ahí en algún álbum en casa de mis padres. Y no es hasta segundo de bachillerato cuando me vuelven a convocar, comparto vestuario con antiguos compañeros de Interviú… y ganamos el campeonato de España sub18.

 

P-. En tu etapa sénior has tenido varias ofertas para irte, pero siempre las has rechazado.

R-. Así es, he tenido varias, algunas más serias y otras menos. Recuerdo una que el entrenador contrario me esperó a la salida para decirme si iba a entrenar con ellos esa misma semana. Aún así siempre he tenido claro que lo que quiero es dejarme la piel con mis amigos del cole. Un año fuera me sirvió para darme cuenta de que aquí es diferente, no es sólo entrenar y jugar, es todo lo demás. Sacar dinero para intentar pagar cada año, mojarse y pasar frío en el patio en invierno, apoyar cualquier problema entre todos y tratarlo como tuyo… en definitiva, tener como unos quince hermanos y además jugar al fútbol sala con ellos.

 

P-. En tu primer año de juvenil debutas en Segunda B con 5 goles, en tu segundo año eres 100% jugador del sénior y logras marcar 23 goles y en tu tercer año juvenil consigues otras 21 dianas. En total 49 goles en Segunda B siendo juvenil aún. 13 temporadas después tiene el primer puesto en el histórico de goleadores a tiro.

R-. Siempre he sido goleador, de pequeños no llevábamos la cuenta de cuántos goles llevaba cada uno. Además, no suelo fijarme mucho en cosas como el Histórico de goleadores, pero admito que es divertido. Esa competitividad sana entre amigos da mucho juego. Recibo mensajes para que me retire de una vez y deje de escalar puestos, siempre desde el buen rollo y la amistad. Ojalá llegue algún día al primer puesto y, por supuesto, ojalá alguien me supere más adelante; eso significará que todo esto sigue su curso.

 

P-. ¿En qué ha cambiado el equipo de cuando empezaste a la actualidad?

R-. La esencia sigue siendo la misma, un equipo de amigos que intenta hacer las cosas de la manera más profesional posible.

Las diferencias en cuanto al vestuario pienso que residen en cada generación de jugadores. Creo que cada año sube el nivel en todas las categorías, cada año la exigencia es mayor y es más difícil ganar. Ahora priman las defensas, el no equivocarte, no cometer ni un solo error. De ahí que sea tan difícil ganar, los resultados son más cortos que antes, muy ajustados, el partido suele decidirse casi siempre en los minutos finales y, para llevártelo, tienes que seguir vivo en esos minutos. Para esto hay que adaptarse y evolucionar, los entrenamientos han cambiado, ahora se hace menos físico como tal, siendo más importantes la táctica y la estrategia.

 

P-. Has jugado infinidad de partidos en los que has vivido ascensos, descensos, la copa del Rey de fútbol sala… ¿serías capaz de destacar alguno en especial?

R-. Tengo tantos buenos recuerdos… por ejemplo, el partido de copa del Rey contra Antequera que ganamos en el último segundo y nos daba el pase contra Caja Segovia con el pabellón a reventar. Fue una auténtica fiesta, creo que no sólo jugamos nosotros, mucha gente vio representada su trabajo y pasión en esos dos partidos. No sé cuántas veces habré visto esos vídeos en Youtube.

Pero si tuviera que destacar uno es, sin duda, el playoff de ascenso a Segunda “B” en Ibiza. El partido de ida en casa fue espectacular, ambientazo, empezar perdiendo y acabar ganando 5-1. El partido de  vuelta, el viaje todos juntos, coger el vuelo, los coches de alquiler, los pisos y jugar en un pabellón a reventar donde nos tenían muchas ganas. Todo lo que pasó allí da para escribir un libro. Sigo viendo fotos y vídeos y se me siguen poniendo los pelos de punta. Fin de semana para el recuerdo.

 

P-. Entre muchas cualidades, tus entrenadores destacan de ti tu mentalidad ganadora, tu madurez y tu personalidad sobre la pista. Estas cosas suelen venir innatas, pero… ¿algún espejo en el que mirarte?

R-. Creo que realmente empecé a hacer esto cuando entré en el sénior. Iba a entrenar con gente más mayor que yo, que me imponía y de la que intentaba aprender cada día. Creo que los que más me han marcado son Pablo Núñez, por su liderazgo, inteligencia y garra en momentos tensos del partido, y Moro, por su humildad y tranquilidad en todas las situaciones, nunca una mala palabra para nadie; yo jugaba en su misma posición así que poco a poco fui quitándole minutos y, aún así, me ayudaba y dirigía como el que más, esencia pilarista. 

 

P-. Destacar un compañero en especial es muy complicado, pero ¿hay alguno con el que hayas tenido o tengas un especial feeling en la pista?

R-. He de reconocer que suelo escuchar poco cuando juego, necesito que pare la jugada para pensar y escuchar. Pero si hay alguno con el que me entiendo sin hablar en pista, es con Luiser, creo que nos conocemos los gestos el uno del otro. No se cuántas veces me habrá pisado la bola para ir a pegar a puerta y eso que  iba muchísimas menos veces de las que me lo pidía. Otro a destacar en este apartado es Arturo; nunca he entendido por qué, pero su voz es de las pocas que escucho con el balón en juego, tenemos palabras clave para tomar decisiones en juego según el movimiento del rival.

 

P-. Háblanos un poco de tus entrenadores. No te vamos a pedir que elijas a uno, pero en estos trece años que llevas jugando han pasado por los banquillos del sénior cinco entrenadores (con sus ayudantes) y cada uno te habrá aportado cosas diferentes.

R-. Imposible escoger uno. Sólo tengo buenas palabras para ellos, se dejaron el alma, y muchos el dinero, en esto y me hicieron aprender muchísimo. Me parece muy complicado entrenar a tus amigos a este nivel, competir y tomar decisiones difíciles en el partido y luego saber dejar todo de lado para ser uno más del grupo. Son de otra pasta, capaces de comerse una mala cara y hacer como si nada. Yo siempre digo, y mantengo, que sería incapaz de ser entrenador. Aunque podría hablar de cada uno de ellos durante horas, aquí dejo un poco de cada uno:

Pachi había sido mi entrenador en el juvenil y ya me conocía. Mi entrenador en mi etapa de madurez. Recuerdo que volvía a casa alucinado con la cantidad de ejercicios diferentes que hacíamos. Todavía se siguen oyendo anécdotas de esos días con él y riéndonos igual de fuerte. Un tío extraordinario que era capaz de hacer cualquier tontería con tal de quitarnos presión a los jugadores.

Pablo supo sacar lo mejor de mí, incluso echándome una de las millones de broncas que me gané con razón. Tenía esa sangre fría para meterme en pista en el momento justo o saber sacarme y calmarme cuando yo lo necesitaba. Tuve una época en la que podía meter cinco goles pero le costaba a mi equipo otros cinco. Supo pulirme eso y, aunque me sigue pasando, creo que en menor medida gracias a él.

De López Chica podría destacar cómo trabajaba cada semana en base al partido. Cómo supo contagiarnos su pasión por esto, por analizar al rival, por analizar nuestros partidos. Creo que marcó un antes y un después en este tipo de cosas. Conocía todo, podía decirte hasta qué talla de zapatilla usaba el número 9 del otro equipo, qué solía hacer en el uno contra uno, dónde tiraba los dobles penaltis, todo.

Con Viti aprendí una forma de juego diferente. Creo que me enseñó a pensar más sobre la pista y no jugar tanto por instinto como acostumbraba. Fue el primer entrenador que vino sólo de fuera, que no nos conocía, para entrenarnos en segunda B… creo que hubo momentos que no nos creíamos lo que nos contaba, pero le agradezco enormemente su persistencia y dedicación en intentar enseñarlo en todos y cada uno de los entrenamientos.

Luiser, un hermano mayor, me ha entrenado en categorías inferiores, ha sido mi entrenador por la tarde en juveniles y mi compañero por la noche en el sénior, me ha llevado y traído de vuelta a casa infinidad de veces, de entrenamientos, de partidos fuera de Madrid y volver a las tantas... Creo que es uno de los que mejor me conoce. Ha sabido aunar virtudes de entrenadores anteriores, puliendo defectos que, sumado a todo el trabajo y la pasión que le pone, hace que se refleje sobre la pista. Incansable y perfeccionista, siempre buscando aspectos donde mejorar, todoterreno dentro y fuera.

A todos los ayudantes, Moro, Lolo, Cubero, Ignacio, Javi Núñez, Dudu, agradecerles su cercanía y su amistad. A veces su trabajo pasa desapercibido, pueden hasta llevarse malas gestos alguna vez, y todos ellos te devuelven una sonrisa, gente excepcional.

 

P-. Tras varios años seguidos en segunda B (nacional A) en los últimos siete años el sénior se ha convertido en un “equipo ascensor”, con tres descensos, dos ascensos y las dos últimas temporadas, incluyendo ésta, compitiendo en Tercera división. ¿Peor nivel en la plantilla, mejores jugadores y equipos en segunda B y Tercera o mezcla de ambas?

R-. Creo que un poco mezcla de ambas. Como he dicho antes el nivel sube cada año y cada temporada es más difícil ganar. Por otro lado, cuando entré en el sénior había una generación de jugadores espectacular. Creo que he vivido un cambio de generación, ahora la media es mucho más joven, todavía este año han seguido subiendo jugadores que necesitan ganar experiencia y peso en el equipo, su potencial es enorme y son capaces de hacerlo, así que espero que se lo crean, son el futuro.

 

P-. Ahora las carreras de los jugadores son más longevas y aguantáis más jugando en el equipo que antes, “cerrando” las puertas a gente que sale del juvenil. El verano pasado se crea un sénior B para que los jugadores puedan alargar esa etapa en el club y para formar jugadores y que el salto sea menor. Con lo que hay en el sénior A, más el sénior B y lo que viene por detrás en las categorías inferiores, ¿volveremos a segunda B? ¿Qué futuro le auguras al equipo?

R-. El sénior B sin duda ha sido un acierto. Pensé que nunca llegaría, pero estoy viendo a chavales que yo entrené en alevines seguir jugando, ojalá algún día comparta vestuario con ellos si mi cuerpo me lo permite. Creo que hay potencial y cantera para volver a segunda B, pero necesitamos seguir madurando y puliendo pequeños defectos que nos hacen perder puntos importantes; no puede ser que contra los primeros hagamos un partidazo y perdamos contra los últimos, nos ha pasado varias veces. Pero sinceramente pienso que si se sigue trabajando así, desde la base hasta el sénior, alcanzaremos ese objetivo.

 

P-. Aunque la gente a veces no se lo cree, sacar el sénior adelante en lo económico es una odisea año tras año, teniendo los jugadores que pagar una cuota anual para cuadrar el presupuesto.

R-. Parece completamente irreal el esfuerzo económico que hay que hacer cada año para poder jugar a este nivel. Recuerdo cuando entré en el sénior y me lo contaron. En Navidad vendíamos lotería del equipo a familiares y amigos, hemos hecho fiestas, torneos de fútbol, hemos preparado sándwiches mixtos y perritos calientes en los torneos e infinidad de cosas para intentar paliar el gran gasto que supone cada temporada. Mención especial a Luiser en este sentido, incansable pensando y gestionando nuevas ideas, cartel de Navidad, cheques de patrocinadores, sorteos… Desde aquí agradecer también a mis amigos del cole y de la universidad, que han llegado a darme la cuota de socio sin pedírselo, siendo conscientes que no les dará ningún beneficio y que simplemente es para ayudarnos.

 

P-. Cómo capitán del primer equipo, ¿qué consejo podrías darle a tus compañeros y a los jugadores del sénior B y de la base?

R-. Se me da un poco mal esto, siempre intento que mis gestos y comportamiento sean ejemplo y, aunque no siempre es fácil, me esfuerzo al máximo en eso. Me considero más líder con lo que hago que con lo que digo, jugando y entrenando, que en los momentos que toca hablar (mis corros antes del partido no son nada del otro mundo). Pero les diría que sigan esforzándose como hacen, que este equipo ante todo es pasión por jugar con tus amigos, jueguen más o menos, es por el bien del equipo. Cada uno de ellos, del primero al último, forma parte y es pieza clave del equipo, cada uno aporta algo diferente que siempre se necesita.

 

P-. ¿Te gustaría decir algo a nuestra afición?

R-. Únicamente darles las gracias. Siempre hay gente en la grada, amigos, familiares, novias, vayamos últimos o primeros, nos han acompañado a viajes, a casas rurales, a pueblos lejanos en invierno diluviando, gracias de todo corazón. Gracias también a esos padres que traen a los chavales a vernos aunque acabemos los domingos a las 15:30.

 

P-. Ninguna de nuestras entrevistas termina sin la obligada pregunta del mejor quinteto. Sabiendo que no has visto jugar a muchos jugadores de las doce temporadas previas a tu debut y sin menospreciar a nadie de la plantilla actual si no están entre tus elegidos, ¿cuál sería para ti el mejor equipo de la historia del sénior?

R-. Otra de las preguntas más difíciles. He oído hablar maravillas de muchos jugadores que no he tenido el placer de ver jugar: Javi Núñez, Lolo, Fucho… por lo que elegiré a cinco con los que he compartido vestuario.

Charlie: polivalencia pura, tan bueno con los pies como con las manos.

Julito: el mejor jugador que he tenido al lado, no se equivocaba, hacía fáciles las cosas difíciles, generosidad a raudales.

Carlitos: espectacular control de balón, el tío más difícil de defender, sabías lo que iba a hacer, y aun así, lo hacía.

Juste: explosividad y regate, desatascador de partidos, ¡quítate de la banda que arranca! Gran capitán y compañero.

Pablo Núñez: entendía todas las posiciones, lo que le hacía decidir bien la mayoría de las veces. Liderazgo y competitividad a partes iguales.

 

P-. ¿Desearías añadir algo más?

R-. Dar las gracias a todas las personas que han hecho y hacen que este equipo sea posible, desde sus inicios hasta la actualidad. No me imagino una vida sin esto.

Agradecer también esta entrevista, me ha hecho recordar muy buenos momentos y, sobre todo, reflexionar sobre aspectos que a veces pasan desapercibido pero que son los pilares de esto: amistad, lealtad, confianza, familia… Creo que todo el que pasa por este equipo queda marcado de por vida y soy muy afortunado de ser uno de ellos.

 

Esto es todo Alfonso. Nuevamente muchas gracias por tu tiempo y deseamos que aún tengas una larga vida como capitán de esta nave y mucha suerte en lo deportivo.

 

¡FORZA PILARISTAS!