22 - 04 - 2020

 

Manuel Olivares, “Lolo” o "Manolo", es uno de los mejores jugadores que ha pasado por nuestras aulas. Ha formado parte de AA Pilaristas FS en diferentes etapas tanto como jugador como entrenador. Un referente que ahora es el máximo responsable del Senior B.

 

P-. Hola Lolo, una alegría retomar esta sección de nuestra página web con una institución como tú. ¿Podrías resumir en pocas palabras qué significa el sénior para ti?

R-. La verdad es que, para mí, el sénior y todo el Club Pilaristas significan confianza, disfrute, gente fuera de serie, en definitiva, familia y pertenencia. He tenido experiencias “soñadas” desde niño en la élite del fútbol sala y, sin embargo, nunca me he sentido tan bien ni he disfrutado tanto del fútbol sala como en el Club Pilaristas.

 

P-. Formaste parte del primer senior en la temporada 95-96 y ahora, en el 25 aniversario de AA Pilaristas FS, eres el primer entrenador del “sénior B”. ¿Cómo se inició todo?

R-. Como todo lo que he vivido en el fútbol sala y sobre todo en Pilaristas, todo nace de la persona más importante para mí en lo deportivo que es Nacho Medina. Hasta que se formó el sénior, una vez terminabas tu etapa de juvenil, ya no había más futbol sala federado en el club. Nacho tenía un equipo formado por antiguos alumnos del Colegio y patrocinado por un buen amigo suyo que es el dueño de los Laboratorios Ynsadiet. Cuando terminé mi etapa de juvenil, Nacho me propuso entrar en el equipo y no me lo pensé dos veces. Entre los años 90 y 94 ese equipo jugó tres finales del Open de Madrid, que era el torneo no federado más prestigioso de fútbol sala del momento, llegando a ganar una de ellas. Al finalizar la temporada 94/95 Nacho me propuso hacer un equipo sénior del Club Pilaristas. Yo estaba jugando en División de plata, la segunda actual, en el CEES BOADILLA y a pesar de que Nacho me dijo que el sénior tendría que empezar desde la última división no lo me pensé dos veces. Ahí comenzó todo.

 

P-. ¿Crees que se ha sido capaz de mantener esa esencia con la que se creó este equipo?

R-. Sinceramente se han superado todas las expectativas. Yo creo que se fundó entonces como una categoría más del club para aquéllos que nos encantaba el fútbol sala y competir. Donde ha llegado, tanto en lo futbolístico como en lo humano, creo que era impensable.

 

P-. Cómo ha cambiado el fútbol sala en estos 25 años…

R-. Cuando hablo con compañeros de los primeros años es una de las frases de veterano que más repetimos pero es una realidad. El fútbol sala de los 80 y 90 era un juego rápido, vistoso, de muchos goles, mucho 1x1, desordenado, se podía pensar y en el que sólo se presionaba si ibas perdiendo. De hecho, en ese período en el que el fútbol profesional no era tan vistoso y había pocos goles, el fútbol sala tuvo un gran auge. Creo que el desarrollo de los entrenadores de fútbol sala, el estudio más profundo del juego y el desarrollo táctico y físico de los equipos le he quitado vistosidad.

 

P-. Hablemos primero de tu época de jugador. Además del sénior, en el que estuviste en tres momentos diferentes, jugaste en otros equipos, pasando por División de Plata y entrenando toda una temporada con Interviú de División de Honor, aunque jugando en el filial. ¿Puedes resumir brevemente tu paso por cada uno de esos otros equipos?

R-. Cuando terminé mi etapa juvenil jugué un año en varios equipos, pero ninguno federado. Jugué en Ynsadiet, en la liga de Antiguos Alumnos del Colegio, en la universidad, en el ayuntamiento con amigos… un par de partidos entre semana y cuatro el fin de semana, una maravilla. Yo tenía un grupo de amigos que fundamos un equipo para jugar maratones en verano y, como éramos de El Escorial, le pedí a Nacho Medina que fuera el entrenador. En el maratón de El Escorial del verano del 92, después de jugar la final y ganarla, me llamaron del Interviú Boomerang y me dijeron que querían que hiciera la pretemporada con ellos. Yo estaba en shock y por supuesto el día que me citaron allí estaba. Fiché por el filial y la verdad es que fue un sueño cumplido. Ese año empecé también a entrenar al juvenil de Pilaristas con mi amigo Curro Stuyck. A mediados de octubre, me convocaron un día para entrenar con el primer equipo. Fue increíble, estaban Julio, Carosini, Jesús Clavería, Agustín, Álvaro… y el jueves de esa semana me dicen que voy a jugar con el primer equipo a Ceuta el fin de semana. A partir de ahí, entrenaba todas las semanas con el primer equipo al menos dos días. Sin embargo, los resultados del filial no fueron los mejores, cambiaron al entrenador, no fue el mejor año.

Ese año también fui convocado con la selección madrileña sénior. Pero después de haber hecho toda la fase de clasificación para la fase final del campeonato de España, el Club no me dejó jugar el Campeonato. El seleccionador, Andrés Sanz, fichó por el CEES BOADILLA y me propuso ir a jugar en División de Plata. Jugué una temporada en el CEES BOADILLA llegando a jugar la fase de ascenso a División de Honor. Esa temporada fue en la que Nacho me propuso hacer el sénior y volví al Club Pilaristas. Yo compaginaba la élite con la liga de Antiguos, con Ynsadiet y con un equipo municipal. Lo curioso es que me apetecía más jugar en Antiguos o con Ynsadiet que con el primer equipo de Interviú Boomerang. Ahí fue donde me conocí más a mí mismo y me di cuenta de que yo era un enfermo del fútbol sala, que lo que me gustaba era jugar y competir, pero de otra manera, con otra gente, en mi casa y con mi gente. Por eso disfruté tanto con el sénior y en el Club Pilaristas.

Mi última experiencia en la élite fue muy bonita, pero ésta se gestó de otra manera. Cuando terminé la carrera y decidí hacer la mili, me fui a Ceuta y fiché por el Ceuta Fútbol sala. Me trataron de maravilla y disfruté mucho ese año. Esa temporada el sénior estaba en preferente y también ascendimos y comenzó la andadura del sénior en división nacional.

 

P-. ¿Dónde disfrutaste o aprendiste más?

R-. Yo disfruté mucho más en el sénior aunque aprendí más en los equipos de la liga profesional.

 

P-. Pero siempre vuelta a Pilaristas…

R-. Cómo he ido comentando, siempre he pensado que era mi casa, mi gente, dónde yo sacaba lo mejor de mí y dónde más disfrutaba. Cuando tenía una oferta de fuera y lo comentaba con Nacho, él siempre me decía que lo probase, que el club siempre iba a estar ahí. Lo cierto es que una vez creado el sénior, mi salida a Ceuta fue causada por la mili, no por querer tener otra experiencia fuera del club.

 

P-. ¿Qué diferencias hay entre esos equipos de tu periplo fuera del Club y el sénior?

R-. Había dos diferencias: una era la relación personal, que, aunque era buena y todavía conservo amigos de esa época, no era la misma. La otra era cómo se afrontaba la rivalidad y la competición. Se competía mucho con los propios compañeros y aunque me encanta competir, el tipo de competitividad que vivía no me terminaba de gustar. Yo creo que yo no jugaba 100% relajado, exceso de responsabilidad, miedo a fallar y pienso que no sacaba lo mejor de mí. Sin embargo, cuando jugaba con Pilaristas, era otra historia.

 

P-. Háblanos de tus tres etapas de jugador, la primera con Tono como entrenador y luego en dos ocasiones con Julio.

R-. Cuando empezó el sénior el entrenador fue Tono Vives. Fue mi entrenador en cadete y además de quererle mucho, le conocía muy bien. Fue un año muy divertido, ganamos todos los partidos de goleada y Tono nos llevó muy bien, como era él, todos con nuestro mote, a todos nos tocaba de vez en cuando una puya, mucha piña y la verdad es que tengo un recuerdo maravilloso de ese año. Además, Tono metió a Pachi (Jorge Avilés) en el sénior, algo que para mí fue genial.

Los años con Julio Banacloche fueron muy buenos. Llevó el equipo de maravilla y poco a poco fue construyendo los pilares de lo que es hoy en día. Tenía un estilo diferente a Tono, más serio y formal. Nos divertíamos mucho y seguíamos ganando aunque cada año nos costaba más, ya no nos paseábamos. Julio y yo éramos amigos desde mi etapa de cadete. Nos entendíamos muy bien y la verdad es que yo me sentí francamente bien con él. Además, creo que él fue aprendiendo y año a año íbamos creciendo y siendo mejores. En agosto del 98 tuve una lesión muy grave que marcó mi vida deportiva. Tuve que operarme el tobillo tres veces, en el 98, en el 99 y en el 2003. En el año 99 un tanto desesperado y frustrado dejé el equipo porque veía que no podía. A pesar de que los médicos me decían que no podía jugar yo me empeñé e incluso tuve que operarme una cuarta vez de la planta del pie, pero al final volví a jugar.

En el año 2006, ya comenzada la temporada, Julio me llamó y me propuso volver a jugar y no me lo pensé. Me hizo una ilusión tremenda. Aunque nunca se lo dije se lo agradecí un montón. Yo sabía que no iba a jugar mucho, pero volver al sénior después de todo lo que había luchado por jugar, y jugar otra vez con Fucho, Moro, Borjita, Javi Núñez y jugar por primera con Luiser y Pablo Núñez como compañeros me apetecía muchísimo. Ahí fue cuando me di cuenta de que el fútbol sala había cambiado mucho y que el sénior había llegado a un nivel increíble. También vi que Julio había aprendido mucho y había cambiado mucho su metodología como entrenador. Una vez más, disfruté muchísimo en el sénior.

 

P-. Con tantos partidos jugados en el sénior, ¿tienes alguno que recordarás en especial para siempre?

R-. La verdad es que recuerdo algunos partidos con mucho cariño. El primero que me vino a la cabeza fue la final del Open As contra veteranos de Interviú. Pero uno de los primeros rivales que nos puso las cosas difíciles en el sénior fue un equipo llamado Sandwiches Tentebien. Nos habían ganado el partido de ida y les recibíamos en casa empatados a puntos. Ganamos el partido y metí dos goles. Quedamos primeros y ascendimos.

 

P-. ¿Te atreverías a nombrar a tu mejor socio en la pista?

R-. La verdad es que disfruté mucho con Miguel Trueba en los primeros años.

 

P-. Pasamos a tu faceta como entrenador paso a paso: temporada 07-08 formando dupla con Jorge Avilés “Pachi”. Año complicado por el cambio generacional, pero se logró la salvación con un final de temporada increíble.

R-. Pues efectivamente fue un año complicado pero muy bonito también. Era el primer año después de Julio y eso implicaba un gran cambio. Cuando alguien con tanto peso como y que lo ha hecho tan bien se va, el cambio es muy complicado. Yo traté de ayudar a Pachi, en todo lo que pude. Mi gran reto llegó cuando debido a su implicación en el Grupo de Teatro del Colegio, no pudo asistir a 8 partidos de liga. Fueron partidos decisivos, en los que nos jugamos la permanencia y la verdad es que los disfruté muchísimo. Conseguimos la permanencia y desde ahí vino una época en la que Pachi se hizo con el equipo.

 

P-. Saltamos a la temporada 17-18 con Viti, primer entrenador “fichado” para el equipo. Le conocías porque entrenó a tu hijo Nacho en la Selección de Madrid y te ofreciste a ayudarle y formar parte del cuerpo técnico.

R-. Efectivamente, cuando el sénior vuelve a Segunda B y tiene que encontrar un entrenador, yo propuse hablar con Viti. Yo le conocí cuando convocó a mi hijo Nacho en benjamines para la selección, y me pareció buen tipo y que sabía bastante. Me ofrecí a ayudarle más como nexo con el Club y como delegado que como segundo entrenador. Todavía pensaba que no era mi momento; si en la etapa anterior tenía tres hijos, en ésta tenía cuatro. Pensé en ayudarle a integrarse en el Club y echarle una mano en los partidos. Fue un año complicado, nos costó mucho la Segunda B, estuvimos todo el año en el alambre y finalmente no pudimos mantener la categoría. Sin embargo, creo que el paso de Viti por el club trajo un aire nuevo, introdujo cosas nuevas, aportó bastante valor en conceptos de juego, conceptos tácticos y creo que, si les preguntara a muchos jugadores que estuvieron con él, dirían que aprendieron bastante con Viti.

 

P-. En la 18-19 Luiser cuelga las botas; coge las riendas del equipo y te mantienes como parte del cuerpo técnico.

R-. El año de Viti me hace pensar mucho, se vuelve a despertar en mí el fútbol sala con mucha fuerza y decido hacer el curso de entrenador en septiembre. Cuando Luiser coge las riendas del equipo y me ofrece ayudarle, me apeteció muchísimo ya que siento una conexión personal tremenda con él y creo que vemos el fútbol sala desde la misma perspectiva. Era otra etapa de transición, varios jugadores dejan el equipo y de nuevo cambio de entrenador. Pero creo que fue un buen año. No hubo buenos resultados deportivos pero sirvió para volver a poner cimientos. De hecho, esta temporada, la 19-20 el equipo estaba muy bien y creo que las bases del año anterior tuvieron mucho que ver. Ese año disfruté mucho y me encantó compartirlo con Luiser de quien aprendí mucho.

 

P-. Y tras obtener el título de entrenador de nivel avanzado (nivel 2) el verano pasado te conviertes en el primer entrenador del recién creado A.A. Pilaristas F.S. B. ¿Qué opinas de la creación de este segundo equipo y qué esperas de él?

R-. Creo que ha sido un acierto por varias razones. Una es porque no todos los jugadores que terminan su etapa de juvenil tienen sitio en el sénior A, ya sea porque están todas las fichas cubiertas o porque, siendo buenos jugadores, no tienen más nivel que los que ya están. Es una pena que buenos jugadores, comprometidos, con el ADN del club, no tengan sitio para jugar. Me parece un acierto también porque hay jugadores muy buenos, con un futuro prometedor en el sénior A que están verdes para entrar directamente en el A y su paso por el B les puede ayudar a madurar, a prepararse y a crecer como jugadores. Igual si no pasan por el B juegan muy poco en el A y creo que para ellos es más formativo jugar muchos minutos en el B. Yo espero que el equipo crezca y sin perder de vista el objetivo y la razón de ser del sénior B, que es formar jugadores, espero competir por estar arriba en una o dos temporadas.

 

P-. No sabemos qué pasará con el final de la temporada debido a la pandemia que estamos viviendo a nivel mundial. ¿Qué te ha parecido este primer año?

R-. Lo he disfrutado mucho y el confinamiento me ha hecho darme cuenta de que es una de las cosas que más echo de menos, ir a entrenar, estar con los chicos, el partido del fin de semana… Aunque en el deporte los resultados marcan, creo que ha sido un año muy bueno, a pesar de que no hayamos conseguido unos resultados extraordinarios. Estábamos aprendiendo todos mucho, disfrutando y poco a poco íbamos jugando mejor y siendo mejor equipo. Para mí ha sido una experiencia muy positiva y me ha dejado con unas ganas tremendas de comenzar la siguiente temporada.

 

P-. Además de tu faceta de entrenador, tu hijo Nacho está en las categorías inferiores del Club, ¿qué futuro auguras a AA Pilaristas FS viendo lo que viene por detrás?

R-. Creo que en los últimos años se han hecho las cosas francamente bien en el Club. Prueba de ello es que tenemos un equipo en primera división en cada categoría salvo en juveniles, y no es nada fácil siendo un Colegio y todos los jugadores alumnos del mismo. En mi opinión, el futuro del Club va a ser muy próspero, los entrenadores de base están mejor preparados y hay jugadores francamente buenos en el club.

 

P-. Entrenar a tu hijo Nacho en el sénior… ¿una aspiración?

R-. La verdad es que me encanta que mis hijos jueguen y disfruten en el Club pero no sé si entrenar a mi hijo será algo bueno para él y sobre todo si a él la hará ilusión tener a su padre dándole la chapa también en su equipo.

 

P-. ¿Tienes alguna recomendación para los jugadores y entrenadores del Club?

R-. A ambos les diría que disfruten, que están en un lugar fantástico para disfrutar, crecer y pasarlo muy bien.

 

P-. Y la comprometida pero obligatoria última pregunta. ¿Cuál sería tu quinteto histórico de AA Pilaristas FS?

R-. Es una pregunta muy difícil, me salen muchos quintetos buenísimos. He jugado con porterazos como Pirri o Yayo, con cierres como Luiser, con alas increíbles como Moro, Borjita, con pivots muy buenos, como Chipi o Penche, pero si tuviera que decir los cinco jugadores con los que me jugaría la parte más importante del partido más importante sería con Chuspi (portero), Miguel Trueba (cierre), Pablo Núñez (ala derecha), Fucho (ala izquierda) y Javi Núñez (pívot).

 

P-. ¿Desearías añadir algo más?

R-. Agradecer que me hagáis esta entrevista, expresar mi orgullo al ver dónde está el Club y finalmente me gustaría agradecer a Luiser todo su trabajo, dedicación y esfuerzo para que el Club y el sénior sigan creciendo y superándose día a día. ¡FORZA PILARISTAS!

 

Esto es todo Lolo; muchas gracias por el tiempo dedicado a esta entrevista y te deseamos mucho éxito en tu labor de entrenador.